TOMARES, SU MADRUGÁ...

Cómo gasto papeles recordándote, cómo me haces hablar en el silencio,
cómo no te me quitas de las ganas, aunque nadie me vea nunca contigo,
y cómo pasa el tiempo, que de pronto son años sin pasar tú por mí detenida,
te doy una canción si abro una puerta y de pronto de las sombras sales tú,
te doy una canción de madrugada, cuando más quiero tu luz.
SILVIO RODRÍGUEZ



Ni el tiempo, ni los años, ni los malos vientos pasados, tan sólo el presente, un presente que camina como un susurro, como el quemar de una vela,



como el silencio del nazareno camina por los senderos, de la humidad, de la esperanza, del amor, de costaleros del costal y del sudor, de la belleza y la promesa,


de unas lágrimas de Dolores, de olores y de colores, de hermosura, de música y juventud, de priostes y mujeres, de pavías y papeletas,


de regalos, de trabajo, de mucho trabajo, de más trabajo, todo esto y mucho más es lo que compone la esencia de nuestra hermandad.